Una semana después del nacimiento, Manolo Jiménez, un sevillano de Dos Hermanas, que tenía una granja porcina junto con su hermano Antonio, estaba comprando cerdos por Serbia. Cuando se encontró con Odrec, un cerdo que, para tener unos días se le veía fuerte y hermoso; sin dudarlo lo compró y lo trajo a Dos Hermanas.
La sorpresa para los hermanos, fue cuando el cerdo, toco el suelo de la granja sevillana, inmediatamente Odrec dio una voltereta y se puso patas arriba. Manolo gritaba y Antonio resoplaba pesando que estaba muerto, cuando de repente el cerdo comenzó a arrastrar la cabeza por el suelo impulsándose a fuerza de pedos, hasta que llego donde estaba el resto de la piara.
