Paul Butterfly nació con una malformación muy peculiar, los dedos de la mano estaban pegados unos a otros formando una especie de manopla pero sin dedo gordo. Sus padres no sabían que iba a ser de él, ni que futuro tendría. Pero poco a poco y gracias a los cientos de viajes en avión que tuvo que hacer, para visitar médicos por todo el mundo en busca de una solución. Descubrió, cual era su verdadera vocación:
Controlador de pista en los aeropuertos.
2 comentarios:
el que no se consuela es porque no quiere, por trabajo no sera el pobre
puede jugar al pingpong contra forrest gump
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