Una mañana un Pelícano en la costa norte de España, no diremos el nombre del lugar por mantener el anonimato del bicho, se despertó con una extraña sensación, en su vocabulario, le faltaba algo: el acento.
Tanto fue su trauma que para un pelo que tenía, se volvió blanco.
2 comentarios:
pobrecillo!!!! eso para que digan que las tildes no son importantes.
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