8.11.10

'Sores' del Convento M. Auxiliadora 4

La más anciana de la congregación una hermana que según sus compañeras rondaba los 115 años, era la voz del convento, ahora por la edad, es la encargada del cuidado diario del huerto. Yo me la encontré paseando por el claustro, después de haber jugado dos cartones de bingo con las hermanas y no haber cantado ni línea.

Ahí estaba la hermana centenaria, en medio del jardín del claustro, con los brazos abiertos en cruz, la boca abierta, mirado hierática a la luz de la luna y recibiendo en el rostro las últimas gotas de la tormenta que acababa de descargar. Mientras daba la vuelta al claustro la observaba desde todos los ángulos como seguía inmóvil en medio del jardín al lado del pozo, cuando llegué a situarme en frente de ella, pude observar su rostro: una especie de corteza áspera de color marrón grisáceo recubría su piel llena de arrugas, surcos y llagas, de la cual en algún punto sobresalía una especie de verruga en forma de hoja, o al menos, eso parecía desde la distancia. Para cercionarme mejor de esta curiosidad epidérmica, me acerqué a la anciana con cuidado, no quería asustarla, no fuera a darle un infarto; cuando estaba a tan sólo un metro, me di cuenta que mis apreciaciones de la distancia no eran ciertas del todo, pero tampoco me equivocaba, lo que creía que eran verrugas en forma de hoja eran en realidad: ramas con hojas que emergían de la piel de la monja. Pero lo mas extraño que observé cuando estaba a un metro de ella fue, que dentro de su boca abierta había un nido con huevos.
Cuando iba a tocar uno de los huevos de su boca; una voz que venía del interior del claustro dijo: ¡Señor!, no moleste a Sor.Haya, que está rezando.



2 comentarios:

nines dijo...

que quieres que te diga siempre me sorprende tu "COCO", y el convento es un reto para Almodovar

Señor Werty dijo...

Muy buena la serie sores jajajaja por cierto mañana vas a ir a la presentación de creatividade gallega en Santiago?

Sau2